tus zonas erroneas
Wayne Dyer es doctor en psicología por la Universidad de Michigan y psicoterapeuta con más de 20 años de experiencia. Si quieres leer un libro de desarrollo personal, superación personal, autoayuda o como prefieras llamarlo, te recomiendo que empieces con este y es que en mi opinión, es fundamental y seguro que cambiará tu vida para bien.
Como
Dyer dice en el mismo libro, cada capítulo esta escrito como si fuese
una sesión de psicoterapia: se comenta una zona errónea o comportamiento
autodestructivo, se explica el porqué y se proporciona una estrategia
con la que puedes solucionar ese comportamiento negativo. Este resumen
lo basaré en explicar las zonas erróneas para no hacerlo demasiado
largo.
Por
otra parte, algo en lo que el autor hace mucho énfasis es vivir el
presente para ser feliz y eliminar esas zonas erróneas (comportamientos
autodestructivos que impiden tu bienestar y felicidad). Pasamos mucho
tiempo pensando en el pasado y en el futuro y muchas zonas erróneas son
esfuerzos por vivir fuera del presente.
Estos son los puntos más importantes del libro. Espero que este análisis y resumen te sirva de ayuda.
No son las personas o cosas lo que te hace infeliz, sino tus pensamientos sobre ellos.– Wayne Dyer
1-Haciéndote cargo de ti mismo
Si
tu estancia en la tierra es tan corta, debería ser por lo menos
agradable. En pocas palabras, se trata de tu vida; haz con ella lo que
tú quieres.
Los sentimientos no son simples emociones que te suceden. Los sentimientos son reacciones que eliges tener.
En
la sociedad actual se tiende a pensar que las personas inteligentes son
las que tienen muchos títulos académicos, sacan buenas notas en los
exámenes, son buenos en matemáticas o física, hablan muy bien y de
forma educada o tienen mucha memoria. Sin embargo hay muchas personas
como estas que sufren depresión, ansiedad o incluso están en algún
psiquiátrico.
Una
persona inteligente debería ser descrita como feliz y efectiva en el
día a día, que sabe solucionar problemas, crea recursos, es autónoma,
independiente y supera las adversidades.
Además,
una persona inteligente acepta los problemas como parte de la vida
diaria y tiene la capacidad de sentir las emociones que quiere en cada
momento vital.
Los
sentimientos no son simples emociones que te suceden. Los sentimientos
son reacciones que eliges tener. Tú eres el responsable de lo que
piensas y lo que sientes y puedes aprender a pensar de forma diferente
respecto a cualquier cosa. De ti y de las elecciones que hagas depende
que las experiencias de tu vida sean estimulantes y agradables.
2-El propio amor
La
propia estima no puede ser verificada por los demás. Tú vales porque tú
dices que es así. Si dependes de los demás para valorarte, esta
valorización estará hecha por los demás.
En
la sociedad esta bien visto tratar bien a los demás y amarlos, sin
embargo se olvida de que para alcanzar la felicidad es fundamental
quererse a sí mismo y valorarse.
Todo
empieza amándose a sí mismo. De esa forma podrás amar a los demás y
hacer cosas por ellas por el mero placer de ser generoso y sin esperar
nada a cambio. ¿Has pensado en el valor que tendría dar algo desde una
persona que no vale nada? ¿Cómo puedes dar amor si no vales nada? ¿Qué
valor tendría tu amor?
Tú
mismo elijes el valor que tienes y no tienes que preguntar o dar
explicaciones a nadie. Tu propio valor es un hecho que no esta
relacionado ni con tu comportamiento ni con tus sentimientos. Puedes
escoger ser valioso para siempre; no importa que en un momento hayas
hecho algo de lo que te sientas arrepentido.
3- No necesitas la aprobación de los demás
La necesidad de aprobación de los demás equivale a decir: “Lo que tú piensas de mi es más importante que la opinión que tengo de mi mismo.
Puede que desees la aprobación de los demás,
ya que es natural sentirse feliz con el apoyo y aceptación de los
demás. Pero necesitarla, es una de las zonas erróneas más negativas.
Es negativo necesitar la aprobación de una persona y aun más, necesitarla cada vez que quieres tomar una decisión, solucionar un problema o hacer cualquier cosa.
Deshazte de la necesidad de aprobación si quieres ser feliz y desarrollarte personalmente.
4-La ruptura con el pasado
Sólo
los fantasmas se revuelcan en el pasado, explicándose a si mismos con
descripciones basadas en sus vidas ya pasadas. Tú eres lo que eliges ser
hoy en día, no lo que antes elegiste ser.
A
menudo las personas se anclan en el pasado y se ponen etiquetas.
Comentarios como los siguientes son frecuentes: “Así soy yo”, “Yo
siempre he sido así”, “No puedo evitarlo” o “Es mi carácter”.
Autoetiquetarse
o autodefinirse no es inadecuado en si, aunque puede serlo si se usa de
forma perjudicial. Asimismo, es usual usar esas etiquetas como excusas
para seguir igual y no esforzarse por cambiar. Si esas
autoclasificaciones son negativas, estas perdiendo tu potencial de
crecimiento.
Esas
autoetiquetas provienen del pasado pero el pasado ya no existe, lo
único que tenemos ahora es el presente. Cada vez que usas frases como
“Yo soy así” estas dándote una justificación para no cambiar y mejorar o
ser más feliz.
Cambia el “Yo soy” por “He escogido ser” para ser producto de tus elecciones.
5- Las emociones inútiles: culpabilidad y preocupación
Si
crees que sentirte mal o preocuparte lo suficiente cambiará un hecho
pasado o futuro, quiere decir que resides en otro planeta con un
diferente sistema de realidad.
Dos de las emociones más inútiles de toda la vida son la culpabilidad
por lo hecho y la preocupación por lo que pasará. Con la culpabilidad
desperdicias tus momentos presentes y con la preocupación te mantienes
inmovilizado.
Puedes
seguir lamentándote todos los días, sintiéndote culpable y aún así no
solucionarás nada ni mejorarás tu forma de comportarte. Aunque te
sientas culpable, no vas a cambiar nada. Lo que si lo hará es proponerse
aprender de lo sucedido y cambiar.
Además,
la preocupación sirve para evadirse de lo que realmente se necesita
afrontar. Si te observas preocupándote, pregúntate: ¿De qué me estoy
evadiendo al gastar este momento en preocupaciones? Tras ello, actúa
sobre lo que estas evitando. Lo mejor para la preocupación es la acción.
6-Explorando lo desconocido
Sólo los inseguros ansían la seguridad.
Mientras seas un humano y vivas en este mundo, nunca podrás tener seguridad. Y si fuera así, sería muy muy aburrido. Lo seguro elimina la excitación y la emoción.
La seguridad que si es positiva para tu crecimiento personal es la seguridad interior de tener confianza en ti mismo.
La
educación que recibimos en esta sociedad nos enseña desde niños que
tenemos que andar con cuidado; se fomenta la precaución y no la
curiosidad. “No vayas allí”, “No hables con desconocidos”, “No vayas
solo a ningún lado” son frases frecuentes.
Se
tiene la creencia de que lo desconocido es igual al peligro. Se piensa
que lo que hay que hacer en la vida es ir a lo seguro e ir a donde va el
resto de la gente. Solo los aventureros o “temerarios” se atreven a
arriesgarse y explorar lo que no se conoce.
Si
crees en ti, puedes explorar las zonas de la vida que no te ofrecen
nada seguro y evitar seguir el camino que todos los demás caminan. Las
personas que históricamente han destacado (Da vinci, Beethoven, van
Gogh, Einstein o Neil Armstrong) no se caracterizan precisamente por
haber seguido los pasos de los demás y no aventurarse a lo desconocido.
De hecho, fueron los pioneros en adentrarse en nuevos y desconocidos
territorios.
Abandona
la creencia de que es mejor lo familiar que lo desconocido. Lo inseguro
y desconocido puede provocarnos inseguridades pero son necesarias para
cambiar, mejorar y vivir nuevas emociones.
7- Rompiendo la barrera de los convencionalismos
No hay reglas ni leyes ni tradiciones que se puedan aplicar universalmente… incluyendo ésta.
Toda
nuestra vida esta plagada de los “debes hacer esto” y la gente los
aplica sin pensar en el porqué y en sus consecuencias. La suma de todos
esos “debes” son otra zona errónea.
No
se trata de sugerir que desprecies la ley. Las leyes son necesarias
para una sociedad civilizada aunque si se obedece ciegamente a los
convencionalismos, es algo distinto y que puede llegar a ser muy
destructivo.
Cuando
estas leyes no tienen mucho sentido y dejas de funcionar
eficientemente, podrías reconsiderar esas normas y tu comportamiento
respecto a ellas. El condicionarse demasiado a la sociedad puede ser un
comportamiento neurótico y que lleve a la depresión, ansiedad e
infelicidad.
Abraham Lincoln dijo:
“Nunca
tuve una política que pudiese aplicar siempre. Simplemente trataba de
hacer lo que me parecía sensato en el momento preciso”.
Comportamientos que resultan de los “deberías y no deberías”:
- Vestirse para una ocasión de una forma incómoda o que no te gusta ( por ejemplo ponerse un traje de chaqueta a 35ºC).
- Tomar alcohol para socializarte porque es lo “normal”.
- Asistir a una boda aunque no conozcas a los novios o te caigan mal.
- Lavar los platos y limpiar la casa porque eres mujer.
- Que por ser mujer no invites a un hombre a salir aunque te guste.
- Tener que buscar siempre la forma correcta de hacer algo: una receta de comida, una reparación…
- Ver el partido porque es importante y todo el mundo lo verá aunque no influya en tu vida.
- Pegar saltos de alegría por un gol porque todos los demás lo hacen.
- Entrar a una discoteca o ir a un concierto de alguien que no te gusta porque van tus amigos.
8-La trampa de la justicia
Si
el mundo estuviera tan organizado que todo tuviera que ser justo, no
habría criatura viviente que pudiera sobrevivir ni un solo día. A los
pájaros se les prohibiría comer gusanos y habría que atender a los
intereses personales de todos los seres humanos.
Las
personas quieren buscar la justicia y si no la encuentran sienten
frustración, tristeza o enfado. Sin embargo, la justicia no existe y
nunca existirá. El mundo funciona así y así seguirá.
Solo
hay que observar la historia, la naturaleza y la actualidad para darse
cuenta. Nuestra cultura promete y valora la justicia y los
políticos hablan de ella en muchos de sus discursos.
Sin embargo, pocos de ellos siguen el ejemplo. Algunos animales se
comen a otros, hay terremotos, sequías e inundaciones que sufren
personas que no se lo han merecido, guerras, drogas, crímenes,
asesinatos. Pero todo ello es parte de la forma de funcionar del mundo.
Exigir
justicia no es un comportamiento negativo aunque se convierte en zona
errónea si te castigas a ti mismo al no poder tener la justicia que
quieres.
Puedes
escoger ser feliz o desgraciado pero ello no esta relacionado con la
injusticia que veas a tu alrededor. Puedes trabajar para colaborar a
suprimir la injusticia y puedes decidir que no te dejarás vencer
psicológicamente por ella. ¿Para qué preocuparse por la justicia si no
intentas solucionarla?
9-Terminando con las postergaciones
No es necesario derramar una sola gota de sudor para postergar hacer cualquier cosa.
Hay pocas personas que puedan decir que nunca realizan postergaciones a pesar de que a largo plazo resultan contraproducentes.
El
postergar en si no es neurótico, sino la reacción emocional que lo
acompaña y la inmovilización que produce. Si te gusta postergar cosas,
no sientes culpa por ello o no te perjudica, sigue postergando. Pero
para la mayoría de las personas el postergar es una forma de evadirse y
de vivir el momento presente.
Si
eres la típica persona que dice que va a cambiar y vivir de otra
manera, decirlo no te va a servir para nada (a menos que lo hagas con un
compromiso real). Decirlo suele servir para postergar la acción y nunca
terminar de hacer algo.
Lo que haces es el único medidor para medirte como persona, no lo que dices o lo que dicen de ti. Emerson dijo:
No
digas cosas. Lo que eres, relumbra sobre ti mientras lo haces, y atrona
con tal fuerza que no puedo oír lo que alegas en su contra.
La
próxima vez que estés hablando sobre algo que vas a hacer, sabiendo que
no lo harás, recuerda la frase anterior ya que es la solución a
la postergación.
10- Proclama tu independencia
En cualquier relación humana en la cual dos personas se convierten en una, el resultado siempre será dos medias personas.
El
asunto del abandono del nido y ser independiente es complicado porque
nuestra sociedad nos enseña que debemos cumplir con lo que se espera de
nosotros en algunas relaciones, que incluyen a los padres, hijos,
figuras de autoridad y los seres queridos.
Si
disfrutas de la manera en la que interactúas con las personas y estas
no interfieren con los objetivos que te has puesto en la vida, no
necesitas cambiar esa forma de iteractuar.
Sin
embargo, el depender de una persona psicológicamente es distinto y
perjudicial. Supone una relación no elegida y con la que te sientes
obligado a ser alguien que no quieres ser, además de sentirte forzado a
comportarte de cierta forma.
Si
quieres ese tipo de relación y te supone bienestar, no es insana. Pero
si la necesitas para sentir bienestar o te sientes obligado a tenerla,
suponiéndote malestar o resintiéndote, es una zona errónea.
Es
la obligación la que constituye el problema: la obligación produce
culpa y dependencia, mientras que la libre elección produce amor e
independencia.
Ser independiente
significa estar libre de las relaciones obligatorias, ausencia de
comportamiento dirigido a los demás, no necesitar a alguien para ser
feliz (distinto a desear relaciones con los demás) o tomar decisiones.
11- Adiós a la ira
El único antídoto para la ira es la eliminación de la frase interna “Si sólo fueras más parecido a mi”.
Aunque la expresión de la ira es más saludable que reprimirla, lo más sano es no sentirla en absoluto. No
hay por qué sentir la ira, no es algo “humano” como se suele justificar
y, de hecho, es una zona errónea que incapacita psicológicamente.
Es
una elección y un hábito que se aprende ante la frustación. Es
debilitante y puede producir insomnio, cansancio, úlceras o
hipertensión, conducir a la culpabilidad o a la depresión.
Cuando
te enfrentas a una situación que no funciona como te gustaría, sientes
frustación y reaccionas con enfado. Sin embargo, tienes capacidad de
elegir: la rabia y la risa se excluyen mutuamente y tú tienes el poder
suficiente como para escoger cualesquiera de las dos.
Puede
que la característica más destacable de la gente sana es un sentido del
humor sin hostilidad. Un buen remedio para la ira es ayudarte a ti
mismo y a los demás a elegir la risa y aprender a observar desde fuera
las situaciones tan incongruentes y absurdas que ocurren en la vida.
12-Retrato de la persona sin zonas erróneas
- Están demasiado ocupados para fijarse en lo que hacen sus vecinos.
- Disfrutan todo lo que les da la vida; se sienten cómodas haciendo cualquier cosa y no pierden el tiempo quejándose o deseando que las cosas fueran de otra manera.
- Están libres del sentimiento de culpa y de los acontecimientos que ocurrieron en el pasado.
- No se atormentan con preocupaciones. Algunas circunstancias por las que otras personas pasan pensando horas y horas, a penas les afectan.
- No tienen necesidad de aprobación de los demás.
- Se ríen y hacen reír de casi cualquier cosa y situación, de acontecimientos absurdos y de los más serios y solemnes.
- Se aceptan a sí mismas sin quejas. Aceptan que son seres humanos y que serlo implica ciertos atributos humanos. Saben cuál es su aspecto físico y lo aceptan.
- Aprecian la naturaleza. Les encanta estar al aire libre disfrutando, corriendo, paseando o haciendo cualquier cosa que no la perjudique.
- No tienen compromiso emocional con los problemas. Aceptan que son parte de la vida y eso les permite superarlos con facilidad.
- No necesitan llamar la atención sobre sí mismos y no critican, son hacedores.
- Ayudan a los demás. Persiguen el cambio social pero no se preocupan por los problemas por las noches ni piensan en las injusticias sin tomar acción.
- Son honestos, no pretenden mentir ni evadirse.
- Creen que lo que son es su propia responsabilidad y nunca culpan a los demás de lo que les pasa.
- Tienen altos niveles de energía. Necesitan poco sueño y están sanos.
- Son muy curiosos, siempre buscan cosas que saber, hacer y aprender.
- No tienen miedo al fracaso y se arriesgan a adentrarse en lo incierto y desconocido. No equiparan los resultados externos con su éxito como ser humano.
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